miércoles

Capitalismo nacional y capitalimso extranjero


Si nuestro objetivo es reconstruir el capitalismo nacional desde los jovenes debemos tener en cuenta la historia


¿Qué es un empresario y cuál es el papel que desempeña en el desarrollo capitalista de una nación?
El desarrollo capitalista de cualquier país está directamente vinculado al rol determinante que juega el empresario como motor del proceso de crecimiento. No hay desarrollo capitalista sin decenas o centenas de miles de empresarios operando en la economía. Pero, ¿qué es un empresario? En forma resumida, puede decirse que es un agente que produce bienes o servicios para su venta en el mercado y cuya racionalidad se define en términos de maximizar sus utilidades incurriendo en los mínimos costos posibles. Permanentemente el empresario adopta decisiones de asignación de recursos productivos orientadas por su objetivo de obtener más ganancias, reinvertirlas y seguir creciendo, diríase ad infinitum.

Esta tendencia a la permanente acumulación de capital y a su incesante reinyección en el proceso productivo no significa que al capitalista no le guste “vivir bien”. Es obvio que el empresario dedica parte de sus ganancias a la “buena vida”. Sin embargo, en términos relativos, sólo aplica una porción mínima de las utilidades en el consumo improductivo. Lo medular de sus ganancias sigue dedicándose a la reinversión productiva.

Para poder obtener sus utilidades, el capitalista contrata a empleados y obreros, en un régimen jurídico formalmente libre, les asigna un rol en su empresa, explota su fuerza de trabajo y les paga un salario.

¿Cuál es la actitud de los empresarios frente a la innovación?

El cambio y el crecimiento de una economía están vinculados a la necesidad de incorporar en ella permanentes innovaciones. Históricamente, los capitalistas de mayor éxito en el pasado y el día de hoy han sido y son aquellos que se convierten en innovadores económicos. Al respecto, existen teorías como la del economista austriaco Joseph Schumpeter que afirma que el rol fundamental del empresario es el de innovar. Al respecto, Schumpeter distingue cinco tipo de innovaciones:

– La creación de un nuevo bien o servicio o la mejora significativa en la calidad de un bien o servicio actualmente existente.

– La introducción de un nuevo método de producción.

– La apertura de un nuevo mercado de exportación. – La conquista de una nueva fuente de materias primas o insumos.

– La creación de un nuevo tipo de organización empresarial en particular la formación de un monopolio o trust.

El Perú es una nación subdesarrollada dentro del capitalismo. ¿Significa eso que no hemos tenido ni tenemos empresarios nativos capaces de dirigir el proceso de desarrollo del país?

La pobreza, el atraso y la marginalidad de la mayoría de la población peruana son rasgos de nuestro subdesarrollo capitalista. También son indicadores que no hemos tenido cualitativa ni cuantitativamente un empresariado que haya podido dirigir el proceso de desarrollo capitalista del país y cumplir con su compromiso histórico como clase social. Además, a muchos de nuestros capitalistas nativos les ha faltado el ímpetu de acumulación y expansión incesante y han demostrado escaso interés en innovar.

Si revisamos la historia republicana del Perú podemos observar que hemos tenido oportunidades de despegue económico que no fueron adecuadamente aprovechadas por nuestros capitalistas. Quizás el problema podría sintetizarse diciendo que en el Perú hemos tenido capitalistas de mentalidad feudal, en el sentido de que no han sido empresarios innovadores, frugales y emprendedores sino, por el contrario, han sido personajes que mayormente privilegiaron el vivir bien en el corto plazo, no reinvirtieron incesantemente y tampoco se diversificaron.

¿Existen ejemplos de esta afirmación?

Se pueden señalar tres casos específicos:

1. Los ingentes recursos del guano y del salitre fueron desperdiciados, tanto por los empresarios que estuvieron vinculados a ellos como por los beneficiados por la política de gasto público del estado peruano de mediados del siglo XIX. En el caso de los empresarios del guano –los conocidos como “consignatarios”– las utilidades que debieron ser dirigidas a reinversiones productivas diversificadas se utilizaron mayormente en el consumo suntuario y de ostentación dirigiéndose parte de ellas hacia otros países. En el caso de las utilidades captadas por el estado peruano, una parte se derrochó en obras improductivas y en ferrocarriles malamente planificados y otra fue canalizada hacia agentes económicos que aplicaron dichos recursos al consumo, al gasto de ostentación y no a la inversión. Por su lado, los empresarios extranjeros que obtuvieron utilidades del guano y del salitre aplicaron lo medular de estas ganancias fuera del país.

2. Los empresarios peruanos han desperdiciado diversas oportunidades que la historia les deparó, por ejemplo en la agricultura de exportación y en la explotación del petróleo y minerales a comienzos de siglo. Cuando revisamos las páginas de la historia económica del Perú nos encontramos con diversos ejemplos de ávidos empresarios extranjeros comprando tierras de pasivos propietarios peruanos. Los casos de la International Petroleum Company, la Cerro de Pasco Corporation y la Casa Grace nos muestran cómo los capitalistas extranjeros actuaban guiados por el criterio de la explotación y acumulación incesante de capital, en tanto que los propietarios peruanos buscaban sólo vender la tierra y obtener recursos financieros con los que podrían “vivir bien” a veces en el Perú, la mayor parte de veces en el extranjero.

3. Existen otros casos de organizaciones empresariales quebradas, como los del imperio Prado, el del empresario pesquero Banchero, y los ejemplos de los grupos Bertello y Nicolini en los que nuevamente observamos como nuestra clase capitalista nativa no se comportó como clase dirigente del proceso de crecimiento, incumpliendo su designio histórico.

Por supuesto, lo dicho no significa que no hayan existido, que no existan, o que no puedan existir empresarios peruanos que acumulen capital, innoven, reinviertan y se comporten racionalmente como capitalistas (lo que los obliga a no dispendiar con criterio feudal el escaso capital del país). Sin embargo, a través del tiempo, estos capitalistas han sido minoría entre los empresarios peruanos.

Si el capitalismo nativo peruano ha sido incapaz de desarrollar al país, ¿significa eso entonces que el desarrollo nacional deberá ser dirigido por los capitalistas extranjeros?

En general, el comportamiento de los capitalistas extranjeros cumple con el modelo señalado inicialmente de explotación insaciable, innovación y racionalidad. El problema con los empresarios del exterior radica en que ellos acumulan sus ganancias incesantemente pero las aplican fuera del país. De acuerdo con su propia racionalidad empresarial, cada año remiten sus utilidades al exterior y los directorios correspondientes, ubicados en Norteamérica, Japón o Europa, determinan la utilización de las ganancias, según las exigencias de sus necesidades corporativas y no en función de los intereses nacionales del Perú. Esta conducta del capitalismo extranjero se ve facilitada por el escaso o nulo condicionamiento al que es sometida la inversión del exterior, liberalidad que se justifica con la conocida explicación de “necesitamos capitales, vengan cómo vengan y vengan de dónde vengan”.

¿Qué conclusiones podemos obtener de estos hechos?

Al menos pueden obtenerse dos conclusiones. La primera es que los capitalistas nativos han sido incapaces de dirigir el proceso de crecimiento capitalista del Perú; la segunda es que los empresarios extranjeros no están interesados en el desarrollo integral de nuestro país.


De: http://cavb.blogspot.com/2006/07/el-capitalismo-nacional-y-el.html

domingo

EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO: SU HISTORIA Y PESRPECTIVAS


Por: Carlos Narvarro de Páginas Verdes
La filosofía latinoamericana ha tenido un extraño camino. Se inició con una polémica sobre la esencia de lo humano y la relación que pudiera tener ésta con los indígenas del continente americano.

Esta polémica comenzó cuando los conquistadores negaron el estatus antropológico de los indígenas en nombre del cristianismo basándose en tres planteamientos fundamentales:

-La "inferioridad natural" de los indígenas, lo que daba derecho a una Sociedad Superior sobre una inferior, según la tesis aristotélica

-Partiendo de la base de la primera tesis, los españoles argumentaban que los indígenas eran incapaces de organizar la vida social según los modelos europeos, por lo tanto el Estado Español debía de ayudarles a construir nuevas instituciones según el modelo de Estado Español.

-Por último los indígenas cometían pecados contra la religión católica ya que practicaban la idolatría, la sodomía y la barbarie.

Sin embargo a pesar de estos argumentos ideológicos el principal problema que tuvieron los españoles fue de orden teológico. Decidir si los indígenas nativos eran parte de la especie humana - y si deberían de ser tratados como súbditos del rey de España - o si sólo eran una "subespecie", que no tenían por que ser tratada como igual ni en tiempo de paz ni en tiempo de guerra.

Estos planteamientos desataron un debate que se conoce en la historiografía como la disputa de Valladolid, entre Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda. La sustentación de ambas tesis se basaron en el libro Historia General y Natural de las Indias del cronista Gónzalo Fernando de Oviedo.

Sepúlvedas argumentaba que la guerra en contra de los indígenas era permitida porque todos los indígenas eran bárbaros, carente de educación e inteligencia. Cometían pecados contra la naturaleza ya que Dios mismo ordenó según el Viejo Testamento la expulsión de los bárbaros de la Tierra Prometida. La ley Divina y natural, fundamentada en Santo Tomás de Aquino, consistía en llevar a los bárbaros a la fe sin excluir los medios no-pacíficos. Por eso, si los indios no obedecían a los españoles en aceptar la fe y su dominio, había que obligarlos por la fuerza.

Bartolomé de las Casas, contrario a la tesis de Sepúlveda le da otra interpretación al evangelio y a las teoría de San Agustín. Llega a la conclusión que solamente después de la conversión voluntaria al cristianismo de los indígenas, se puede decir que la conquista y la subordinación es legítima.

En la obra Apologética Historia, Bartolomé de las Casas resume sus argumentos de la siguiente manera:

1- El hombre moderno es el resultado de un proceso de desarrollo histórico y cada pueblo, en los orígenes de su existencia, se encontraba en el estado primitivo, igual como los pueblos indios de América.

2- Subraya que los indios tienen una cantidad de virtudes que surgen de su ambiente natural y sobresalen respecto a los europeos y algunos pueblos antiguos.

3-Concluye Las Casas que los indios ni son inferiores, ni bárbaros, sino que poseen las mismas condiciones para superar su estado como los pueblos antiguos de Europa.

El debate entre Sepúlvedas y Las Casas tuvo un alcance mucho más allá del tema americano. En el fondo la discusión contribuyó al cambio radical de los conceptos vigentes hasta aquel entonces sobre el universo y la historia de la humanidad. Este cambio puso en duda la visión del mundo como una unidad cultural con respecto al sistema político-espacial, también supuso un cambio respeto a la visión de la conquista y puso los fundamentos jurídico-políticos de la sociedad europea de aquella época.

Cuatro siglos más tarde, precisamente en el año de 1968, se va a dar una polémica entre Leopoldo Zea y Augusto Salazar Bondy sobre la autenticidad, la originalidad y la posibilidad de una filosofía (pensamiento) latinoamericano. El punto de partida fue el librito ¿ Existe una filosofía de nuestra América ?. En él Salazar Bondy revela la necesidad imperante de la sociedad latinoamericana de tener una filosofía auténtica capaz de servir a la intelección de la realidad, a la búsqueda de vías de desarrollo independiente y de la solución de problemas cardinales de nuestras sociedades.

No obstante, al analizar la situación filosófica en Latinoamericana, Bondy constata que ésta no ha sido todavía un pensamiento genuino y original, sino inauténtico e imitativo, por que la vida social alienada produce un pensamiento alienado y además alienante en su función encubridora de la realidad.

Salazar Bondy llega a la conclusión que la existencia de una auténtica filosofía nacional latinoamericana esta en estrecha relación con el estado socioeconómico de la sociedad.

Leopoldo Zea contesta la tesis de Salazar Bondy con su texto La filosofía americana como filosofía sin más, en donde se opone a la visión estereotipada de la filosofía que exige correspondencia con los sistemas de corte europeo. Zea, está en contra de quienes niegan la existencia o posibilidad de una filosofía en América Latina por la no existencia de sistemas y la aparente incapacidad de los latinoamericanos para crear sistemas. El indica que históricamente existían varias forma de filosofar, que lo mismo se expresan en un sistema ordenado que en una máxima, un poema, un ensayo, en una pieza teatral o en una novela. En el origen de la historia de la filosofía europea se encuentran no sólo los sistemas de Platón y Aristóteles, sino también poemas como el de Parménides, máximas como las de Marco Aurelio, pensamientos como los de Epicúreo, Pascal, etc.

De esta manera la filosofía latinoamericana puede desarrollarse con sus propias formas, pero eso no significa el olvido del rigor y el nivel teórico necesario. Según Zea, hay que hacer pura y simplemente filosofía, "filosofía sin más": lo americano se dará por añadidura.

Para Zea una filosofía es original no por producir sistemas exóticos, sino porque trata de dar respuesta a los problemas que una determinada realidad, y en determinado tiempo. Tal filosofía debe partir del hombre latinoamericano, proyectarse a la universalidad y ofrecer soluciones a los problemas tanto del latinoamericano, como de los demás pueblos.

Estas características apuntadas por Leopoldo Zea hará que nuestra filosofía se elabore con instrumentos que brinde la realidad histórica, y esta realidad dialécticamente configurará un sentido específico de originalidad y autenticidad en el pensar. Originalidad que se expresa en la no repetición de problemas ajenos y autenticidad como expresión de lo específico, de lo nacional.

A la posición universalista de Salazar Bondy y a la postura culturalista de Zea se suma postura critica surgida en los anos sesenta. El argumento principal de los que adoptan esta tesises que rechazan la existencia de una filosofía latinoamericana porque hasta ahora la filosofía en América Latina ha sido ideológica y no una empresa libre. La filosofía se ha usado y se usa en la América Latina, según los partidarios de este punto de vista, para sustentar ciertas ideas que permitan la continuación del statu quo y el beneficio de ciertas clases sociales. Los promotores de esta postura senalan, por ejemplo, el caso de la escolástica y del positivismo.

Después de esta polémica, bajo el empuje de Leopoldo Zea el interés por investigar la historia de la ideas en Latinoamérica, ha ido aumentando cada día, a tal punto que el día de hoy se publican revistas, libros, existen Institutos especializados de investigación, se dan congresos, conferencias y desde hace casi cincuenta años se instalo el Comité de historia de las ideas cuyo mayor logro ha sido la publicación de una serie de estudios sobre la historia del pensamiento latinoamericano por países.

Incluso en los Estados Unidos, Italia, Alemania, España y en otros países existen centros de estudios y cátedras especializadas en donde se estudia nuestro pensamiento. Próximamente bajo la dirección de los profesores Guillermo A. Lousteau y Salvador María Losada se publicará una ambiciosa serie de veintidós volúmenes para cubrir el pensamiento de España y de América Latina.

martes

El Perú envuelto en el mito del desarrollo


"Crecer no es desarrollo, crecer en base a productos primarios mineros lo es menos."

Oswaldo de Rivero (publicado en Red Voltaire). Embajador de la misión diplomática del Perú ante la ONU en New York durante el mandato del presidente Alejandro Toledo.

Muchos creen hoy que el crecimiento del PNB (Producto Nacional Bruto) del Perú, es la señal de que la economía ha entrado en un ciclo virtuoso que lleva al desarrollo. Crecer no es desarrollo, crecer en base a productos primarios mineros lo es menos. El Perú siempre ha exportado productos mineros y nunca ha logrado convertirse en un país desarrollado. ¿Por qué ahora muchos creen que esta bonanza cíclica de los precios de los minerales nos llevará al desarrollo?
Muchos creen hoy que el crecimiento del PNB (Producto Nacional Bruto) del Perú, es la señal de que la economía ha entrado en un ciclo virtuoso que lleva al desarrollo. Crecer no es desarrollo, crecer en base a productos primarios mineros lo es menos. El Perú siempre ha exportado productos mineros y nunca ha logrado convertirse en un país desarrollado. ¿Por qué ahora muchos creen que esta bonanza cíclica de los precios de los minerales nos llevará al desarrollo?
Esta bonanza cíclica de los minerales se origina como siempre por factores externos y cesará también por factores externos. Hoy depende concretamente de la fuerte demanda internacional, en particular de la China, y también de la gran especulación en las bolsas del mundo.
La historia de nuestro subdesarrollo es una saga de bonanzas y terribles crisis de las exportaciones producidas por factores externos. Como fueron las bonanzas y las crisis del guano, el salitre y el caucho en el siglo XIX y las bonanzas y crisis de los minerales en el siglo XX.
En ningún caso las bonanzas temporales de las materias primas han disminuido la pobreza en el Perú. Al contrario, la exportación de materias primas combinada con el gran crecimiento de la población, en particular la urbana, a través de más de 180 años de independencia, han hecho que la pobreza en el Perú se vuelva hereditaria y hoy afecta a casi la mitad de la población peruana.
Las recientes informaciones del Instituto Peruano de Estadísticas (INEI) demuestran que la bonanza de los precios de los minerales y de las exportaciones no ha servido para disminuir la desigualdad del ingreso y la pobreza. Desde 1991 los salarios en el Perú que eran el 30% del PIB han bajado hasta llegar en el 2005 al 22,9. Entonces, no es nada extraño que esta baja de los salarios unida a las tasas altas de desempleo y subempleo origine una constante turbulencia social en el Perú y también una creciente emigración. En verdad, nada demuestra más el fracaso del desarrollo nacional en el Perú que el tsunami de refugiados económicos peruanos en extranjero.
Ningún analista internacional, académico o banquero privado serio considera que el Perú está en un proceso de desarrollo, solo porque su PNB crece debido a exportaciones primarias, en particular, a exportaciones des minerales, que son el 60% de ellas. Estos especialistas ven al Perú como una economía primaria, tradicional, poco competitiva, incrustada en una sociedad muy pobre, donde la mitad de su población vive con 2 dólares y en una constante agitación social.
Los analistas internacionales privados, a diferencia de las burocracias internacionales del Banco Mundial y de las Naciones Unidas, consideran que los pobres son mas de la mitad de la población en el Perú porque también son personas pobres, las que ganan 3, 4 y hasta 6 dólares diarios Acaso no es pobre, dentro de una economía global, una persona con 6 dólares diarios, 180 dólares al mes. Lo que pasa es que la burocracia internacional ha puesto la barra de la extrema pobreza muy baja, en 1 dólar diario y el de la pobreza, en 2 dólares diarios. Entonces, cualquiera mejora de esta paupérrima situación, para estos tecnócratas es vencer la pobreza, o sea cuando los habitantes de un país tienen 3 dólares diarios (90 dólares al mes) ya no son pobres!
La pobreza es la consecuencia del subdesarrollo no la causa. Hoy, el mayor obstáculo al desarrollo que tiene países como el Perú y los latinoamericanos es de naturaleza cultural. En efecto, desde la independencia todos estos países han demostrado una falta de vocación histórica por las ciencias matemáticas, físicas, químicas y biológicas y también por la investigación y desarrollo de tecnologías, derivadas de estas ciencias, para innovar constantemente su producción nacional.
Como consecuencia de esta histórica falta de vocación por la ciencias exactas y naturales, las sociedades de América Latina son hoy verdaderas “culturas acientíficas”, sociedades donde casi todo el conocimiento y el discurso es histórico, jurídico, sociológico, económico o literario; donde se prefiere la letra que el logaritmo, la retórica que el experimento, la creencia antes que la duda científica. El resultado es que casi no existen programas de Investigación y Desarrollo científico (R&D) que son los que hacen, en esta era de la innovación, la diferencia entre riqueza y pobreza, entre desarrollo y subdesarrollo, entre Asia y América Latina.
Los países entrampados en culturas acientíficas, como los latinoamericanas, son solo capaces de producir y exportar recursos naturales y manufacturas con muy bajo contenido tecnológico, las cuales siempre tienen menos valor que los productos de alto contenido tecnológico que importan. En consecuencia, estos países no pueden acumular recursos para satisfacer la modernización que exige su creciente expansión urbana. Ante esta situación no tienen otra alternativa que endeudarse permanentemente para comprar el progreso científico y tecnológico que no saben producir.
Así, la causa profunda del subdesarrollo no es económica sino cultural. Los economistas siempre han ignorado las explicaciones “culturales” del desarrollo. Para ellos solo las formulas económicas explican la riqueza de las naciones. Simplemente, esto no es así. La experiencia empírica muestra, por ejemplo, que un país puede practicar la más radicales formulas de libre mercado pero si sigue entrampado en una cultura acientífica, seguirá siendo una sociedad atrasada, endeudada y pobre porque exportara siempre recursos naturales y productos con poco contenido tecnológico que tienen menos valor que el progreso científico que constantemente tiene que importar.
Hoy, solo un 10 % de los científicos del mundo está en los países en desarrollo, el 90 % de este porcentaje, está Asia, repartido entre Taiwán, Corea del Sur, Singapur, Malasia, China y la India. Estos países asiáticos son los únicos que, aparte de los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, registran anualmente cientos de patentes de invención en la Organización Mundial de la Propiedad Industrial.
América Latina solo cuenta con el 0,7 % de los científicos de los países en desarrollo y no esta inventando nada. La región comparada con el Asia es un páramo científico-tecnológico. Salvo el Brasil, ningún otro país latinoamericano, gasta en Investigación y Desarrollo una suma ni siquiera cercana al 1% de su PNB. En el Perú la inversión en investigación científica y tecnológica es casi nula. El estado solo gasta el 0,03 del PNB, uno de los más bajas inversiones en R&D en la región.
Ninguna sociedad podrá salir, en el siglo XXI, del subdesarrollo sólo con conocimientos restringidos a las humanidades y las ciencias sociales. Estos conocimientos son indispensables, pero no son suficientes para entrar en un verdadero proceso de desarrollo. Es por estas razones que la humanidad ingresa a su tercer milenio como una sociedad planetaria dual, dividida. De un lado, una minoría próspera de países que viven del esfuerzo intelectual científico, que inventan e innovan productos y servicios. Del otro, una mayoría de países pobres, como el Perú y la América Latina, que siguen viviendo todavía del esfuerzo físico, de la explotación de recursos naturales y de labores burocráticas rutinarias, comprando cada vez mas caro el progreso científico y tecnológico que no pueden crear.
Entonces, para saber si un país esta “en desarrollo”, no hay que impresionarse con el crecimiento del PNB, alimentado por la bonanza temporal de exportaciones primarias, sino observar, si se están graduando mas científicos, ingenieros y tecnólogos que abogados, letrados, historiadores, sociólogos o psicólogos. Y sobre todo, verificar si el estado, las empresas, las universidades e institutos invierten en R&D para innovar constantemente la producción, tal como sucede hoy en Corea del Sur, Singapur, Taiwán, India, China y Malasia, que son hoy los únicos países que están en desarrollo o ya se desarrollaron
Una señal verdadera de que existe en el Perú un ciclo virtuoso hacia el desarrollo seria la existencia de una estrategia de estado para librarnos de la trampa de la cultura acientífica que nos mantiene hoy en el subdesarrollo. Una estrategia cuyas principales orientaciones serian una revolución educativa para lograr graduar igual o más científicos que letrados y un programa de inversiones en investigación y desarrollo científico-tecnológico para incrementar el contenido tecnológico de nuestra producción.
Esta señal no se esta dando en el Perú, ni tampoco en Latinoamérica, donde la cultura sigue siendo solidamente acientífica, donde las exportaciones siguen teniendo poco contenido tecnológico, donde el PNB, se incrementa pero la desigualdad social aumenta, donde los ricos viven en un paraíso vigilado, la clase media en un purgatorio y el pueblo en el infierno,


De : Oswaldo de Rivero - diplomático peruano